El cuadro

Todo comenzó con un cuadro…

A veces perdía el rumbo… Recorría aquel lugar mágico que solo yo podía apreciar, sin embargo, en ocasiones, perdía el puto rumbo. Y cuando eso ocurría, los demonios en mi cabeza despertaban y machacaban mis pensamientos en una concatenación de hechos trágicos que arruinaron mi vida. En esos momentos, ni siquiera ese lugar mágico era capaz de mitigar la necesidad de suicidarme. Todo comenzó con aquel maldito cuadro que compré en una venta de garaje. Pintado al oleo y de trazos finos, el autor desconocido, plasmaba una escena familiar reunidos alrededor de una mesa, disfrutando, riendo y comiendo ¡Siendo felices! De alguna forma, me recordaba a la familia que jamás tuve. Con aquella adquisición en mi poder, sentí por primera vez en mi vida consuelo. No podía explicarlo exactamente, hacía tiempo había dejado atrás los traumas de mi infancia, el abuso de mi padre y el abandono de mamá. Ya era una mujer feliz con un esposo amoroso y un bebe recién nacido. Pero aquel cuadro, sencillamente, me provocaba paz. Y así fue como comencé a coleccionar recuerdos de una niñez que nunca tuve, de un pasado que jamás existió. Poco a poco fui creando mi mundo mágico, un lugar que solo yo podía apreciar. Con los años, mi esposo se cansó de las constantes peleas por este asunto y me abandonó llevándose al pequeño y quedé sola con mis recuerdos, en una casa que, con cada adquisición, se volvía más y más pequeña. En ocasiones los demonios de las personas que perdí invadían mis pensamientos, recordaba al pequeño o a mi esposo y era entonces cuando no entendía por qué estaba rodeada de tanta basura, me sentía atrapada, asfixiada. Las pilas de recuerdos se transformaban en monstruos que me observaban en silencio, con ojos luctuosos, estaban en cada rincón acechando, me rodeaban. Con esos destellos de locura o más bien de lucidez, quería terminar con mi patética vida. Tal vez sea momento de tomar el cuchillo que susurra mi nombre desde la cocina y me corte las muñecas… ¡Mejor mañana! Hoy Mercedes hará una venta de garaje…

#escritura #inspiración #metodologíadeescritura